Colombia está emergiendo como un mercado de ecommerce a tener en cuenta, con un crecimiento de alrededor del 20% anual. Su población de casi 50 millones, junto con un PIB saludable del 4.6%, lo convierte en una oportunidad fantástica tanto para pequeños como para grandes comerciantes.
Sin embargo, a pesar de este potencial, hay consideraciones que los comerciantes de ecommerce querrán tener en cuenta. A medida que crezca el mercado de ecommerce colombiano, también lo hará la tentación para los estafadores, especialmente conforme los colombianos comiencen a explorar opciones de pago alternativas y sin efectivo.
En comparación con sus vecinos de LATAM, Colombia es el cuarto mercado de ecommerce más grande de América Latina. La pandemia provocó cambios significativos en los hábitos de compra de Colombia: millones de colombianos tuvieron que trasladar sus actividades diarias a Internet, incluidas las básicas como ir de compras al supermercado. El comercio de escritorio y móvil en Colombia representó cada uno ingresos de 3 mil millones de dólares.
A fines del 2020, casi 22 millones de colombianos ya compraban en línea, lo que representa más del 60% de la población que usa Internet. Se espera que este número crezca a medida que aumente la penetración de Internet y la innovación técnica en esta región.
Entonces, ¿cómo es el ecommerce colombiano ahora?
El ecommerce en Colombia continúa su trayectoria con respecto al año anterior con un aumento de ventas en línea en el primer trimestre de más del 44%. La Cámara de Comercio Electrónico de Colombia (CCCE) ve esto como una señal positiva de que la transformación digital de Colombia se está dando y se espera que la economía del país se recupere de la pandemia.
El comercio móvil ha superado a las computadoras de escritorio en el mercado de ecommerce del país y se espera que casi duplique su tamaño a 6 mil millones de dólares para 2024. Lo que esto significa para los comerciantes es que deben asegurarse de que sus sitios web tengan CX y UX integrados para crear una experiencia que atraiga a los compradores colombianos.
Para ser competitivos en este mercado, deberán asegurarse de que sus tiendas en línea estén optimizadas para la experiencia móvil; de hecho, un enfoque de "dispositivos móviles primero" será la clave para la supervivencia.
Como en la mayoría de los mercados durante la pandemia, los colombianos confiaron en las grandes marcas en 2020, lo que ayudó a impulsar las ventas de ecommerce. Liderando el grupo se encontraba el gigante minorista de LATAM, Falabella, con 188 millones de dólares en 2020. Amazon quedó en segundo lugar con 101 millones de dólares en ingresos, y Éxito en un distante tercer lugar con ingresos de 78 millones de dólares.
No solo los comerciantes de nivel empresarial se beneficiaron del auge del ecommerce. Mención honorífica para Decathlon, una de las tiendas de más rápido crecimiento, cuyos ingresos crecieron un 38%.
Al mismo tiempo, Mercado Libre superó con creces a todos los sitios en número de visitas mensuales con un promedio de 22 millones en 2020. Este fenómeno demuestra la astucia y madurez de los compradores colombianos en línea. No necesariamente hacen sus compras en la misma visita, sino que visitan las tiendas en línea de manera repetida, lo que hace que el diseño y la apariencia de la tienda sean aún más críticos para el éxito.
Las industrias más populares en Colombia también se consideran de alto riesgo de fraude en el ecommerce. Los viajes se vieron afectados en 2020, cayendo un 91%, pero se espera que vayan recuperando fuerza. Los colombianos también tienden a comprar en línea productos electrónicos, ropa y calzado. El comercio minorista y el deporte experimentaron los cambios más significativos en 2020, con aumentos del 209% y del 187%, respectivamente.
La Administración de Comercio Internacional de Estados Unidos revela que los desafíos más comunes que enfrentan las empresas de ecommerce al ingresar al mercado colombiano están relacionados con las regulaciones locales, los métodos de pago locales y una cadena de suministro frecuentemente retrasada.
En América Latina, el 85% de las transacciones se hacen en efectivo y solo el 39% de la población tiene una cuenta bancaria. Colombia no es diferente en este sentido.
Una encuesta de 2020 reveló que cuando compran a través de una app, la mayoría de los compradores colombianos prefieren pagar en efectivo, incluso por artículos como boletos de avión (algunas aerolíneas ofrecen opciones de pago en efectivo en sus sitios web y apps móviles, lo que demuestra su compromiso con la región de América Latina y sus países, donde el efectivo es una realidad cotidiana).
Además, los pagos a plazos son populares entre los consumidores colombianos: una encuesta de 2019 realizada por EBANX mostró que el 79% de los consumidores latinoamericanos prefieren pagar a plazos por productos de 50 dólares o más. Esta preferencia se ha reflejado también en las compras en línea, particularmente ahora que el COVID ha cambiado las interacciones minoristas tradicionales.
Si bien el dinero en efectivo puede ser el rey, están apareciendo retadores. Aunque la penetración de las tarjetas de crédito sigue siendo muy baja, en los últimos años se ha visto un aumento en el uso de tarjetas de débito y métodos de pago alternativos.
Esta tendencia se aceleró con la pandemia de COVID-19. El ecommerce y los pagos sin contacto se convirtieron en un salvavidas para los colombianos durante la pandemia: según una encuesta realizada por Visa en abril del 2020, el volumen de pagos sin contacto aumentó en más del 20% en abril en comparación con el mes anterior. PayPal, por ejemplo, ha tenido bastante éxito en América Latina gracias a sus sólidos servicios de seguridad y valor agregado (envío de devolución gratuito, por ejemplo) que conectan el monedero con un entorno más grande para compras en línea/ecommerce.
Mientras tanto, las organizaciones de apoyo financiero han estado utilizando plataformas digitales para atraer nuevos usuarios al sistema bancario, alejándolos de depender del efectivo. Debido a la necesidad de pagos en línea y transacciones digitales sin contacto, el 55% de los consumidores de la región ahora tiene una cuenta bancaria.
¿Moraleja? Irrumpir en el mercado de ecommerce colombiano requiere mucho más que solo traducir un sitio web: los comerciantes deben ofrecer una amplia y flexible gama de opciones de pago. Y al igual que en cualquier otro mercado, el proceso de pago debe ser fácil de navegar y transparente.
Colombia es un mercado atractivo para comerciantes internacionales con estrategias de ecommerce transfronterizo. Sin embargo, debes tener en cuenta que la moneda colombiana es el peso, que tiene una tasa de conversión baja en comparación con el dólar estadounidense y el euro.
Esto no solo afecta los cálculos de ingresos e impuestos, sino que la percepción del cliente puede ser un problema si no conoce la diferencia de moneda. Los comerciantes que calculan y muestran todos los impuestos y aranceles locales por adelantado tendrán más éxito evitando la confusión de los clientes.
Colombia puede ser cada vez más digital, pero también lo es su crimen, lo que indica una creciente amenaza para los comerciantes de ecommerce. Un estudio de seguridad de Intel reveló que el 15% de los delitos contra empresas en Colombia están asociados con el ciberdelito, con pérdidas de aproximadamente 600 millones de dólares.
Sin embargo, estos ataques no solo se dirigen contra las empresas. En una encuesta de TransUnion a 8,265 adultos en Canadá, Colombia, Hong Kong, Sudáfrica, Reino Unido y Estados Unidos, casi un tercio dijeron que habían sido blanco de fraude digital relacionado con COVID-19. Curiosamente, los estafadores les están poniendo atención a los patrones generacionales: la Generación Z (de 18 a 25 años) recibió la mayor cantidad de intentos de fraude digital, pero los baby boomers amantes del ecommerce enfrentaron el mayor número de estafas de phishing relacionados al COVID-19.
Si bien se han promulgado leyes en Colombia para proteger a los comerciantes del fraude en el ecommerce, aún deben estar atentos. Los estafadores de tarjetas de crédito siguen siendo muy activos: en 2020, los fiscales disolvieron una organización fraudulenta masiva que se hacía llamar “Los Call Center”, responsable de más de 5,062,904,251 pesos colombianos (1.32 millones de dólares).
En resumen, a medida que más colombianos cambien sus métodos de compra y pago en línea, los estafadores estarán al acecho de su información para atacar.
Afortunadamente, existen reglas para regular la industria: instituciones como Incocrédito están altamente involucradas en la administración y monitoreo de la información comercial para minimizar el fraude y Decreto 587, del gobierno colombiano de octubre de 2016, establece reglas específicas sobre contracargos y la protección del cliente en línea.
Si estás considerando una presencia de ecommerce en Colombia o ya estás vendiendo en línea ahí, las oportunidades son muchas siempre y cuando tengas en cuenta los riesgos. Asegúrate de tener una estrategia sólida de fraude de ecommerce que tenga en cuenta el fraude CNP y otros tipos de fraude con tarjetas de crédito. Si eres un comerciante de pequeñas empresas, implementa un plan para minimizar los contracargos. Con marcas más grandes, ponle atención a tu tasa de aprobación.
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